#1 ¿Queréis reíros y pasar unas cuantas tardes agradables? Entonces, este es uno de los libros perfectos para ello. Una historia simplista de chico conoce a chica allá donde las haya, y todas sabemos lo que va a ocurrir… pero que no deja de sacarte una sonrisa según se va leyendo.
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Una novela muy propia para leer en verano por el escenario de cuando transcurre (también en verano en un viaje a Grecia), con una narrativa facilona y personajes demasiado previsibles.
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Un libro que no pasará a los anales de la historia, pero que cumple perfectamente para una lectura de verano tumbada en una hamaca: entretener. No es necesario más (a disfrutar de los pequeños placeres).
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Ah, curioso final.

#1 “La gente feliz lee y toma café” y su secuela “La vida merece la pena, ya verás”. En una ocasión leí opiniones de “La gente feliz…” y todas ellas muy positivas. Fui a buscarlo a la biblioteca del barrio y estaba en sus estanterías. Sin embargo, es un libro de poco más de 200 páginas, que una vez en mis manos, no me llamó la atención demasiado (ya he comentado que me atraen los libros con portadas bonitas), y la de este, es bastante anodina. Lo volví a dejar en la estantería, gran error…
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Al cabo de un tiempo, sin tener muy claro por qué, volví, estaba disponible y esa vez sí lo cogí.
Lo leí en una tarde. Simplemente maravilloso.
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Trata de una mujer de treinta y tantos años, parisina, que ha sufrido la mayor desgracia que a una persona le puede ocurrir, la muerte de su marido y de su hija, y decide marcharse lejos de todo aquello que le recuerda a ellos, a un pequeñísimo pueblo de Irlanda, a vivir en soledad su pena.
Una vez allí, la historia transcurre con las pocas personas con las que se permite entablar contacto.
Es solo el transcurrir de su pena, pero sorprende cómo la vida se va haciendo poco a poco un hueco en ese agujero negro.
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El libro termina y tuve tantas ganas de más que me afané en buscar la secuela “La vida merece la pena”, y como quién busca encuentra, tardé apenas 1 día en encontrarlo y otra tarde en leerlo.
Es una segunda parte perfectamente hilada con la anterior y cerrando la historia haciendo honor a su título.
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Leerlos merece la pena, ya lo veréis.

#1 Aunque esta parte de la historia, la Alemania Nazi de la segunda guerra mundial ya está muy manidas en las novelas, no por ello deja de espantarnos el horror vivido por todas esas personas que fueron víctimas de ello.
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En este caso se trata de tres historias de mujeres en tres lugares diferentes del mundo que llegarán a confluir con el tiempo. Cada una de ellas vivirá su propia tragedia desde su propia situación y es difícil dejar de leerlo con la esperanza de que al final del túnel haya un rayo de luz.
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“En un mundo fracturado ellas lograron recomponer sus fuerzas”: así se presenta el comienzo del libro. Sin embargo, no creo que lo lograran.
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Recientemente se ha publicado la precuela de la historia en “Las rosas olvidadas”. No he tenido la ocasión de hojear el libro, sin embargo, el final ya le conocemos…

#1 Ya sabéis que me siento especialmente atraída por una portada bonita de libro… Igual que la portada, así es la historia que se cuenta dentro. Una historia dulce, delicada, sencilla que no simple, que nos evoca a la familia, a los veranos de la infancia en los pueblos, al amigo/a especial de esos veranos.
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En definitiva, a nuestra esencia, que, en la vorágine en la que convertimos nuestra vida no nos damos cuenta de que vamos dejando atrás. Ojalá podamos volver a ella…
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Historia perfecta para el verano que empieza.

#1 Qué libro más agradable de leer.
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Es de los libros cuya historia no es del otro mundo. Es la búsqueda de la historia de los antepasados de la protagonista (que no sé por qué se centran siempre en la historia de bisabuelas o abuelas, en femenino...), algo que, de ocurrirnos a nosotras, seguramente la veríamos demasiada lejana y no nos identificaríamos con ellas, igual que le ocurre a la prota, hasta que al conocer sus vidas nos damos cuenta de que esa es nuestra historia y no tenemos más remedio que continuarla.
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Una lectura dulce, tranquila, agradable, más que suficiente para ocupar parte de nuestro tiempo libre.