ANDRES TRAPIELLO

Donde quiera que se encuentre un poco de amor nadie puede decir que no esté sucediendo un acto sublime y misterioso. Claudia es médico, lleva años intentando tener un hijo y su matrimonio pasa por una crisis desde que el marido mostrara su desacuerdo ante la idea de la adopción. Max es ingeniero, casado felizmente con Cathy y con dos hijos y u...

Pueden estar tranquilos los lectores de estos libros, y desde luego mucho más aún los que no los han leído nunca, pero gustan hablar de ellos como si lo hubieran hecho: ni acabarán devorando a su autor ni este se ha vuelto loco. A todo lo más que ha llegado él es a lo que el griego llamó, con suma delicadeza, la manía, una forma de entusiasmo. A...

Como otros de esta misma serie, aparecieron los escritos de Más o menos en el Magazine de La Vanguardia a lo largo de cincuenta y tantos domingos. Leídos ahora todos seguidos componen una extraña secuencia, la oscilación que tiene la vida siempre, de barca tantas veces a la deriva. Durante unos pocos minutos acompañaron a algunos lectores. ¿Lo...

Como otro baúl viejo llega este libro a los desvanes de mi vida. El epígrafe bajo el que aparecieron estos escritos en el Magazine de La Vanguardia durante un año está to­mado de una bellísima canción cántabra que llenó de melancolía mi infancia, tonada tanto más fascinante para mí por cuanto no alcanzaba yo, y sigo sin alcanzarlo, el último...

En las viejas casas había diempre un Salón Chino, un Salón Pompeyano, un Salón de Baile, otro de Retratos, cada uno empapelado o pintado de un color, con unos muebles apropiados y decoración idónea... En estos palacios españoles, un tanto vetustos y destartalados, había también un salón que llamaban de Pasos Perdidos. La casa que no lo tenía no ...

En las viejas casas había siempre un Salón Chino, un Salón Pompeyano, un Salón de Baile, otro de Retrator, cada uno empapelado o pintado de un color, con unos muebles apropiados y decoración idónea... En estos palacios españoles, un tanto vetustos y destartalados, había también un salón que llamaban de Pasos Perdidos. La casa que no lo tenía no ...

La vida de un escritor es a menudo menos segura de lo que sugiere el título de este libro. Cierto que los artículos que lo componen fueron apareciendo cada semana en el más hospitalario de los periódicos, o mejor dicho, en el rincón más hospitalario de unos cuantos periódicos españoles, al frente de los cuales está La Vanguardia, de Barcelona, q...

En las viejas casas había siempre un Salón Chino, un Salón Pompeyano, un Salón de Baile, otro de Retratos, cada uno empapelado o pintado de un color, con unos muebles apropiados y decoración idónea...En estos palacios españoles, un tanto vetustos y destartalados, había también un salón que llamaban Pasos perdidos.